Sebastián Rodríguez es el director de expansión de Sistema B Internacional. Su organización propone un nuevo modelo empresarial, conocido como empresas b o ‘B-corps’. El termino viene de ‘benefit corporations’ (corporaciones con beneficio). Rodríguez profundiza en la explicación de este sistema.
¿Qué es una empresa B?
Las empresas B son instituciones que han reformulado sus estatutos para, no solo buscar la creación de riqueza, sino combinarlos con la incorporación de estándares de transparencia, responsabilidad social y cuidado al impacto ambiental. No queremos cambiar a las empresas sino volver al concepto original de lo que es una compañía. La palabra empresa viene de ‘company’ que en latín significaba ‘compartir el pan’. Eso es lo que buscamos: regresar a ese sentido de compartir y crear relaciones humanas.
¿Cuál es el rol de Sistema B Internacional?
Nuestra organización evalúa y certifica a las empresas para que puedan llamarse empresas B. Pero esto no es solo una certificación, es un movimiento global. En el 2015, ya hay más de 1300 empresas B en 41 países. Estas empresas son parte de 121 industrias y combinan una facturación anual de USD 16 mil millones. Es mucho más que una certificación.
¿Dentro del sistema empresarial actual cuáles son los aspectos que consideran negativos?
Buscamos redefinir el sentido del éxito en los negocios. En la actualidad, las empresas solamente se preocupan en la maximización de utilidades sin tener en cuenta el medio ambiente y la sociedad.
¿Dónde empezó Sistema B Internacional?
Este movimiento nace con el interés de varios empresarios en cambiar la forma de hacer negocios. Las B-corps aparecen en Estados Unidos, pero en el 2008 se trajo el concepto a Argentina, Chile, Colombia, Brasil y Uruguay. Ahora, estamos trabajando para llevarlo a países como Ecuador, Perú, Paraguay y Costa Rica.
En la región, ¿cuál es la empresa B más reconocida?
La multinacional de cosméticos Natura. Ellos justamente se preocupan de que sus productos sean naturales a través de procesos orgánicos de elaboración. Recuerdo que cuando supieron de las empresas B, el cambio fue muy natural ya que ellos tenían dentro del ADN de su empresa esta conciencia social y ambiental.
¿Por qué un empresario quisiera implementar el sistema B?
Las empresas B generan un beneficio más allá de maximizar las utilidades, porque tienen un valor agregado ante otros modelos empresariales. Esto ha generado mucho interés ya que las empresas B tienden a ahorrar en sus costos de marketing. Las nuevas generaciones están interesadas en comprar este tipo de productos y son fieles a las marcas que los producen. También tienen trabajadores más empoderados y felices, y esto atrae a inversionistas de impacto. Los beneficios en el largo plazo se ven en el impacto que este sistema genera en la sociedad. Los empresarios pueden aplicar sus principios cotidianos dentro de sus empresas y aun así buscar más ganancias. Las empresas B no solo son las mejores del mundo sino que queremos que sean las mejores para el mundo.
Las empresas B no solo son las mejores del mundo sino que queremos que sean las mejores para el mundo.
¿Una empresa ya montada puede convertirse en una empresa B?
Claro, si tienen ciertas prácticas sociales y ambientales pueden convertirse en una empresa B, para eso existe la evaluación y la certificación. La evaluación no tiene costo alguno. Las empresas pueden ver cómo están y en qué deben mejorar. Si obtienen 80 puntos sobre 200 se califican positivamente y puede empezar el proceso de certificación. Por otro lado, hay empresas que deciden nacer con este modelo empresarial. La evaluación les brinda la opción de crecer con un mejor enfoque y relación ante el ambiente, sus proveedores y la sociedad.
¿Cuál es el apoyo que Sistema B brinda a las empresas certificadas?
Como esto es más que una certificación convertirse en una empresa B es un primer paso. Siempre hablamos que esto es una dirección y no una posición. Cuando uno se certifica, demuestra que está comenzado su trabajo en mejorar su rentabilidad pero de manera más social y ambientalmente responsable. Tenemos talleres y charlas para mejorar los distintos aspectos en la empresa. Es por esa razón que evaluamos a toda la institución ya que siempre hay maneras para mejorar.
¿Cuál ha sido la respuesta en la región?
Ya tenemos más de 180 empresas en Latinoamérica. Ha tenido muy buena recepción en Chile, Brasil, Colombia y Argentina. En Ecuador, la empresa de té, Runa, ya se certificó.
Ya tenemos más de 180 empresas en Latinoamérica.
¿Tienen una estrategia de expansión en Ecuador?
Lo más interesante es que no solo buscamos certificar a empresas. Debemos trabajar con inversionistas que están dispuestos a apostar a iniciativas de triple impacto, distintos abogados que puedan ayudar a crear un marco jurídico para estas empresas y desarrollar un mercado interesado en empresas que tengan un propósito distinto. Este es nuestro primer año en Ecuador y hemos trabajado para contactar y crear un grupo con todos estos elementos. Esta semana firmaremos un convenio de entendimiento entre Sistema B Internacional y el grupo de personas acá en Ecuador. La clave es asociarnos con promotores locales, como Impacto Quito. Al principio la estrategia es solo demostrar cómo pueden redefinir el sentido de éxito y hacer un aporte no solo en términos de rentabilidad sino responsabilidad social y ambiental.
¿Cuáles son los obstáculos que han encontrado en Ecuador?
Creo que es hacer conocer a la gente de qué se trata esto. Siempre cuesta más partir con las primeras empresas pero, al tener una comunidad, las otras empiezan a descubrir que esto es algo normal y al tener ejemplos locales otros se empiezan a interesar.
Por Revista Líderes.