En un entorno cambiante las mutaciones son un medio de continuidad. No se necesita “más” de lo mismo o algo “mejor” de lo mismo; se requiere algo diferente y por lo tanto evolucionar o revolucionar es insuficiente. En este nuevo mundo el gen mutante permite a la nueva creación ser distinta y tener más posibilidades de supervivencia.
La mutación es un cambio en la información genética de la especie. A esto se le llama genotipo que es el conjunto de genes que existen en el núcleo celular del individuo. En el caso de los seres vivos la unidad genética capaz de mutar es el gen mientras que en la organización es el individuo. Un individuo es la unidad en la organización ya sea esta una empresa o la sociedad. La mutación del gen para la innovación debe de darse en el individuo y especialmente en la cabeza de la organización.
Existen dos grupos de mutación innovadora:
1.- Los actuales forzados.-
2.- Los nuevos espontáneos.-
1.- Los actuales forzados.-
Estas son las empresas ya existentes, exitosas del siglo XX. Muchas de ellas, junto con sus directores, vienen desde el siglo pasado junto con su mentalidad y forma de vida. Todas tienen la necesidad de cambiar para sobrevivir en un nuevo entorno donde los marsupiales digitales invaden sin estructuras ni costos fijos todos los sectores. Tienen miedo y saben que deben de ser distintas pero el problema es que no saben cómo hacerlo. No es suficiente que un dinosaurio se ponga zapatillas para que deje de ser dinosaurio. ¿Qué los puede salvar? Una mutación genética que acelere la innovación.
Mientras más arriba en la organización estén los individuos con mutaciones más posibilidades existen que la organización cambie rápida y relevantemente. De nada nos sirve si el practicante de informática pertenece a un nuevo patrón genético mientras que los directivos que permanecen tienen la información hereditaria antigua. En las organizaciones, si no cambian las cabezas, no cambia nada. El ADN organizacional estará potenciado en función del rango y poder jerárquico de los individuos.
En las organizaciones, si no cambian las cabezas, no cambia nada.
Para cambiar una organización, el gen mutante debe de ser inyectado en las cabezas de los directivos y alta gerencia. Esto es el sol que ilumina los cambios. Luego de esto, se debe trabajar con los equipos para que los lineamientos fluyan naturalmente a todas las áreas. Este será el terreno fértil donde germinaran las nuevas ideas y motor de la innovación.
2.- Los nuevos espontáneos.-
En las empresas nuevas, es más fácil que ingrese un ADN distinto junto con su fundador. Esto fue así con Henry Ford en los años 30, con Walt Disney en los 50, con Steve Jobs en los 80 o con Mark Zuckerberg en el siglo XXI. Ya nacen cambiados y se dan cuenta porque se sienten diferentes a los dinosaurios más lentos y torpes. Los nuevos integrantes no perciben un cambio interno sino una desigualdad externa. En los innovadores los patrones de éxito surgen de forma natural y no se dan cuenta que tiene un gen mutante en su interior. Nacieron así y de esa única manera existen. Son los Xmen mutantes de una generación nueva de organismos.
En las nuevas empresas, donde hay un emprendedor con un nuevo gen organizacional, es fácil porque hay pocas personas y todas ingresan a este ambiente aceptándolo y tomándolo como patrón. A nadie le resulta difícil imaginar en Google, Facebook o Amazon una oficina con cojines en el piso y una mesa de ping-pong en el centro de la sala de reuniones. Quizás en esta visualización encontremos al CEO en zapatillas y en ropa de baño comiendo una pizza en medio de una sesión de trabajo. Pero, ¿qué pasa con las grandes organizaciones como Ford, Volkswagen, New York Times o Nestlé? ¿Podemos aceptar que ese gen mutante sea fácil de incorporar donde hay protocolos de comportamiento, comunicación y estructuras escalonadas en donde el CEO tiene un piso, ascensor y estacionamiento especial para no cruzarse muchas veces con el común de los mortales? ¿Tienen estas elefantiásicas organizaciones la posibilidad de sobrevivir a un cambio de era? La respuesta es sí. Aún pueden evolucionar si es que saben dónde incorporar el nuevo material genético del cambio.
Innovación es hacer algo nuevo y por lo tanto cambiar. Una innovación en producto o en la organización debe de ser un movimiento buscado y no debemos de dejar que simplemente ocurra. Este cambio debe de ser guiado porque si no puede ser que nunca llegue.
Innovación es hacer algo nuevo y por lo tanto cambiar.
Innovación es cambio en el “ser” y sin cambio de mentalidad no hay innovación. Sin cambio mental no hay supervivencia. Mientras más grande y exitosa sea la organización más se resistirá al cambio. La genética organizacional es la que predominará hasta que un gen importante sea cambiado. Una vez que el genotipo gerencial haya mutado esa organización se hará más veloz y competitiva. Una vez que haya cambiado la información genética ya no hay vuelta atrás y las nuevas características pasarán a las siguientes generaciones. Esto de forma repetida se llama cultura.
Fuente: Punto de Marketing.